Coto despidió a una empleada por sus comentarios en las redes


(22/01/13 A. W)-..La empresa de supermercados Coto se infiltró en el facebook de una empleada y la despidió porque la trabajadora denunciaba en la red social, los abusos patronales que la firma cometía contra ella y sus compañeros de trabajo.


Este despido se suma a otros y a innumerables prácticas de maltrato laboral y persecución sindical que existen en esa empresa, conocida en el país por su persecución a todo trabajador y trabajadora que tenga actividad sindical, o simplemente, manifieste cualquier tipo de adhesión por ideas contrarias a las implantadas a fuerza de golpizas, despidos y amenazas por parte de los punteros de los recaudadores del sindicato, que en muchos casos operan bajo la figura de "delegados".

Las desventuras de la trabajadora comenzó cuando a fines de 2012, la supervisora de la sucursal donde trabajaba -aunque sabía que tiene una hija en edad escolar- resolvió otorgarle de forma arbitraria las vacaciones en pleno mes de noviembre, esta forma habitual de maltrato que sufren las mujeres que trabajan en esa firma, contrasta con el trato que recibe muchas veces el personal con menos antigüedad y sin carga de familia, porque es una forma de mantener dividido al personal. Recurrió a sus "delegados" que responden al Sindicato de Empleados de Comercio de Capital Federal, que conduce el empresario Armando Oriente Cavalieri, estos le dijeron que intervendrían.

Nunca lo hicieron. Por su lado, comenzó a buscar información, quería saber si eso que le obligaron a firmar era legal, el sentido común le indicaba que una trabajadora con hijos debiera tener algún tipo de prioridad por sobre el personal sin hijos y con menos antigüedad. Tenía razón. 

El convenio colectivo y la ley de contrato de trabajo son claros en este punto: "El personal que tenga hijos en la escuela primaria, tendrá preferencia con relación al resto, para que el otorgamiento de las vacaciones tenga lugar durante la época de receso de las clases". Textual del Art. 75 del CCT 130/75 de empleados de comercio.

Indignada por la situación injusta, publicó este dato en su perfil de Facebook y lo compartió con sus compañeros de trabajo, a partir de allí, ese espacio que hasta entonces era el medio de intercambio de momentos de esparcimiento, se convirtió en un sitio de debate donde los trabajadores comenzaron a conocer derechos elementales del contrato de trabajo que la empresa Coto jamás respeta.

Desde entonces, la asamblea sindical que jamás tuvieron porque son inexistentes en la empresa Coto, encontró su ámbito de deliberación en la red social. Advertida de este problema, y con datos e identidades, la empresa comenzó a indagar en los perfiles de su personal, hasta que logró constatar quien era la persona convocante del debate.

Los delegados -ya desenmascarados- también se vieron en un problema y un día se acercaron al puesto de trabajo, "vinieron a apretarme, me dijeron que tuviera cuidado lo que publicaba en facebook y que me "fijara" a quienes tenía de amigo me dijeron esos traidores". Luego la visitó la directora de recursos humanos de la empresa y le reiteró su queja por los comentarios del facebook. Lo mismo hizo luego la psicóloga que envío la empresa para revisar su "malestar".

A pesar de la persecución y todo el cóctel de violencia laboral que la empresa descargó sobre ella, pudo resistir los embates cada vez más agresivos y en esa resistencia y el "ciberactivismo" que ideó fue provocando un proceso de concientización entre sus compañeros, inédito hasta entonces en estas geografías empresariales dedicadas a tiempo completo y con recursos infinitos a "prevenirlos". Ya existiendo, a corromperlos, "asociarlos" o, al menos, neutralizarlos. Fracasando en estos intentos, se han dedicado a "difamarla", "perseguirla" y finalmente "despedirla" aún sin poder siquiera "dibujarle" una causa.

El sábado 12 de enero, la jefa y el gerente del local, célebre en youtube y entre la gerencia de Coto por su sobresaliente conducta maltratadora, le informaron que la trasladaban de sucursal, los delegados Gonzalo y Eduardo alias "El cuervo" advertidos por la gerencia se borraron y ya no le respondieron los mensajes. La ausencia del Sindicato de Empleados de Comercio de Capital Federal no sólo es palpable por este abandono del ejercicio de representación sindical en el lugar de trabajo sino de cualquier otra forma de representación más allá de aquella que pueda garantizarles solvencia económica.

Intentó llamar a la línea de Gloria Coto -una línea directa con la esposa del dueño que la empresa implementó para detectar el activismo gremial- para conocer los detalles de su situación en la nueva sucursal, le dijeron que fuera a trabajar tranquila. Al mismo tiempo que le enviaban el telegrama de despido. 

 
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