“Clarín está en contra de cualquier dialogo”

08/12/12-.Leopoldo Moreau se ha convertido en una de las voces más lúcidas dentro de la Unión Cívica Radical, casi una voz aislada dentro del partidocentenario, planteando una vuelta del radicalismo a los postulados oposición democrática.


¿Qué siente un dirigente de un partido centenario con la recuperación de la discusión política en el país?
Creo que esta es una etapa más del proceso que comenzó con la recuperación de la democracia en el ´83, y que tuvo precisamente en esa primera etapa de la transición y en esta, los mejores momentos en cuanto al nivel de discusión y de participación política.

Hubo un interregno nefasto, en el que se retrocedió material y políticamente en la Argentina, que fue la década del ´90, cuyas consecuencias todavía hoy esta pagando la sociedad.

Analizar la Argentina de hoy sin tomar en cuenta el telón de fondo de todo lo que sucedió en la década del 90´, sería tan equivocado o errado como analizar el gobierno de Alfonsín sin tomar en cuenta el telón de fondo de todo lo que sucedió antes.

Del punto de vista de los hechos concretos, la Argentina ha registrado muchos avances, sobre todo en materia de inclusión. Aunque falta la etapa de igualación.

Hay un rumbo general orientado hacia una economía productivista, pero de todas maneras hay que resolver problemas que pueden transformarse en un cuello de botella para la profundización de un proceso de inclusión, como puede ser la inflación; la necesidad de poner mucho más énfasis en resolver problemas estructurales, entre ellos el educativo. Allí estamos con muchas dificultades, porque además de los chicos que emigran de las escuelas públicas a las privadas, en el caso de los estudiantes secundarios un cincuenta por ciento no terminan esa etapa de instrucción. Esto requiere de mayor atención porque tiene que ver con el desarrollo futuro de la Argentina.

Pero también es un dato positivo que se profundice una política orientada a liberar a la democracia del condicionamiento de grupos concentrados de medios, del mismo modo que en la presidencia de Alfonsín la liberamos de la tutela de la corporación militar y eclesiástica.

Creo que hay que dejar de hacer “anti-kirchenerismo”  y pasar a hacer “post-kirchnerismo”. Me parece que es la única manera en que la oposición podría reencontrarse con las demandas de las mayorías nacionales.

Es un tema medular para analizar la política hoy, porque justamente, cuando se hacen manifestaciones desde la oposición, se las hace teñidas de una pasión sectaria que los deja en casi en menos que análisis de tribuna, porque no se entiende que de los espacios que antes se opusieron a la privatización del sistema jubilatorio, por ejemplo, se hayan opuesto a su reestatización; a la de YPF; Aguas Argentinas; Aerolíneas…
Creo que cualquier partido que pretenda gobernar la Argentina, tiene que favorecer un escenario donde los principales resortes de la economía estén disponibles para ponerlos al servicio del interés público. Una de las grandes virtudes de la etapa que se inició en el 2001, ni siquiera en el 2003, fue precisamente que como consecuencia de la crisis terminal del modelo neoliberal, volvieron a manos del Estado el manejo de la política cambiaria; de la política tributaria y de la política monetaria. Es decir, de lo que permite hacer política económica. Y creo que sobre esa plataforma, con aciertos y con errores, es desde donde se puede construir. Por eso digo, que me da la impresión que cualquier partido que quiera gobernar, garantizando una distribución de la riqueza que favorezca a los sectores de menores recursos, fomentando un proceso de crecimiento y de desarrollo de la economía, y dándole autonomía a la política, no puede resignar herramientas como la que mencionó, que permiten, en el caso de la estatización de las AFJP, constituir un mercado de capitales que nos libera de tener que estar acudiendo permanentemente al endeudamiento externo. Y en el caso de YPF, más importante todavía que la reestatización, fue la Ley de Hidrocarburos que se aprobó después, que nos permite recuperar la soberanía en materia energética. En este aspecto creo que de todas maneras falta un paso en el sentido de que todas las reservas energéticas tienen que ser manejadas por el Estado, no solamente las que estaban en propiedad de YPF.

Tomándome de sus expresiones, ¿hacía dónde va la Unión Cívica Radial?
El Radicalismo está sumido en un debate que lo pone frente a un problema de identidad.
El Radicalismo siempre ha sido el partido de la libertad y el de la igualdad. Hay algunos que no se dan cuenta que se nos pretende arrastrar a ser solo el partido de la libertad enfrentando la igualdad. Si cayésemos en esa trampa, estaríamos favoreciendo, como ocurrió en la década del ´50, una antinomia que no solamente le hace mal al país sino que le haría particularmente mucho mal al Radicalismo, que es un partido que tiene razón de ser en tanto y en cuanto exprese la raíz nacional; popular y progresista que lo caracterizó. No es casual que los momentos de mayor esplendor y gravitación de la UCR se hayan dado en gobiernos de raíz nacional; popular y progresista como fueron los de Yrigoyen; Illia y el de Raúl Alfonsín.

Estamos en el centro de ese debate, y hay quienes en una operación de pinzas, desde adentro y desde afuera, pretenden arrastrarnos un frente de centro derecha neomenemista, que es el único lugar en donde el radicalismo no puede estar parado.

¿Hay sectores antipopulares y hasta antidemocráticos en puestos dirigenciales en la UCR?
Antidemocráticos no. El Radicalismo, como cualquier partido nacional y popular, también le ha ocurrido al Peronismo, ha tenido y tiene alas, y ha habido flujos y reflujos que han favorecido en algún momento las tendencias más populares y reformadores y en otro momento ha permitido mayor predominio de las fuerzas más conservadoras.

Esto no está marcado en una divisoria entre democracia y antidemocracia.

Lo que si es cierto es que hay sectores que se dejan cooptar por la idea de que está en riesgo la república o que estamos en la inminencia de caer en una dictadura o en el autoritarismo, y a partir de esa mirada no advierten que conciente o inconcientemente, yo creo que inconcientemente, se alinean con los que pretenden en realidad bajo ese pretexto restaurar el modelo económico de la década del ´90.

Le hacía esta pregunta por ejemplo recordando las declaraciones de un Senador diciendo que la Asignación Universal por Hijo servía para que los negros compraran paco y se lo jugaran en el bingo…
Fue una expresión poco feliz, no dijo negros…

…pero quedaba implícito
 Fue una expresión poco feliz que nosotros en su momento rechazamos muy fuertemente. Además creo que eso se origina en prejuicios que tienen que ver con una noción equivocada de sociedad, porque se cree que la sociedad solamente la constituyen los sectores medios que tienen trabajo; inserción social y educativa, y no se comprende que sociedad somos todos. Los incluidos y los excluidos, que hay que trabajar más a favor de los excluidos.

Son los mismos sectores que se negaron a repudiar la sublevación de los gendarmes y de los prefectos.
Esto es relativo porque el Bloque del Radicalismo en la Cámara de Diputados si acompañó firmemente esa declaración. Y creo que fue un error del Bloque de Senadores no hacerlo. 

Había que hacer un reconocimiento de que efectivamente había un reclamo legitimo a partir de una quita salarial que hubiera provocado la reacción de cualquier persona normal, pero que pasada y superada esa primer etapa, era imprescindible que la protesta no ganara el espacio público, abriendo el camino a que aparecieran personajes nefastos o que se generaran ciertas condiciones de inestabilidad, sobre todo proviniendo de fuerzas de seguridad que tienen obligaciones constitucionales; legales y reglamentarias, distintas a las de cualquier ciudadano común.

Usted ha sido un dirigente que le ha puesto el pecho a los peores momentos de su partido, como por ejemplo el haber aceptado una candidatura presidencial cuando todos le escapaban y decían que la UCR estaba muerta, y hoy desde adentro recuerdan ese caudal de votos que obtuvo como una factura.
Yo no me siento orgulloso por ese porcentaje obtenido, pero se que no fue una derrota personal ni una derrota de la UCR, sino un fuerte castigo al gobierno de De La Rúa y de la Alianza, pero si me siento orgulloso de haber defendido los trapos en ese momento porque era una lucha imprescindible para seguir manteniendo vigente a la UCR.

Asimilándolo a términos futboleros, es absolutamente impensable que un equipo decida no participar de un campeonato porque de antemano sabe que le va a ir mal, porque si resuelve una cosa de esa naturaleza se le dispersa la hinchada.

En ese momento era importante defender la presencia histórica del Radicalismo, y además, como lo hicimos en nuestro discurso, que poca gente debe haber registrado, porque algunos creen que tenemos este discurso por simpatía por el gobierno sin recordar que sostenemos lo mismo que sostuvimos en la campaña del 2003, también nos permitió revertir la imagen negativa, conservadora y retrógrada que había dejado el gobierno de De La Rúa.

Imagino que quién se puso ese sayo en ese momento tan difícil hoy no se debe exasperar cuando se lo chicanea diciéndole “filo-k” o un hombre del oficialismo.
Lo que pasa que en la Argentina, desgraciadamente, los medios han acostumbrado a unos sectores de la sociedad ha manejarse en términos simbólicos y no de contenido.

Entonces si un partido vota una Ley que envía un gobierno de turno, este u otro, es porque está pegado al gobierno; se pasó al oficialismo; se vendió; etcétera. Nadie analiza si está bien o mal la Ley o si beneficia o no a la sociedad. Y si uno dialoga con figuras del oficialismo o de otro partido, es porque está entregado.

También algunos dirigentes políticos han contribuido a fortalecer lo simbólico sobre lo sustancial. Si se escucha a Carrió por ejemplo, su discurso pone límites prohibitivos a cualquier diálogo con cualquiera. Entre otras cosas, porque como califica a todos como un mundo de corruptos; al Estado de corrupto; a los políticos de corruptos, cualquier diálogo parece como contaminante, y esas son en realidad las verdaderas actitudes antidemocráticas. Genera condiciones para algunos medios que la usan de “killer” cuando la necesitan para asesinar a alguien y para que no haya dialogo político en la Argentina. Es por eso que Raúl Alfonsín decía, y lo dijo particularmente en su último mensaje que desgraciadamente no pudo dar personalmente en el Luna Park, dijo con mucho énfasis, casi como si fuera su legado político, que en la Argentina era imprescindible el dialogo horizontal entre los partidos de la oposición y el dialogo de la oposición con el gobierno, porque se genera sino este tipo de climas de enfrentamientos irreductibles que otros utilizan en su propio favor.

Si usted le pregunta a Clarín, está en contra de cualquier dialogo, menos el que sirva para una confrontación a matar o a morir en pro de defender sus intereses económicos, porque acá no está en juego la libertad de prensa, sino los intereses económicos de un grupo, que es el único que se opone a que se le aplique la Ley. Porque muchos se preguntan porqué se la agarran con Clarín, y lo que hay que preguntarse es porqué Clarín se la agarra con la democracia porque no quiere cumplir la Ley.

Es el único grupo que de manera manifiesta ha dicho que no quiere cumplir la Ley y que mediante artimañas procesales logró una cautelar que duró tres años, lo que no tiene antecedentes en materia procesal en la Argentina. Obviamente, si es el único que no quiere cumplir la Ley, es visible.

La confrontación en realidad la producen ellos, porque si hubieran acatado la Ley no pasaría nada. Igualmente si hubieran hecho un recurso judicial, al que tiene derecho cualquier ciudadano, tampoco hubiera pasado nada, pero todos los días se lee y se dice en los medios de Clarín, notas institucionales, ya ni siquiera informan. No producen noticias, son notas institucionales y peroratas en contra de determinadas políticas, particularmente sobre la política de medios, que ya le ha quitado a sus medios hasta el carácter de medio periodístico, porque cuando uno acude a un medio periodístico lo que pretende es información, que puede estar apoyada en análisis, pero primero debe estar la información.

Verdaderamente me asombra escucharlo hablar así de este tema. Hace unos días discutí fuertemente con Lafferriere hijo sobre esto mismo, diciéndole lo inconcebible que me parecía su alineamiento con Clarín, siendo que su padre fue asesinado políticamente por Clarín por proponer una nueva Ley de Radiodifusión en 1985.
Ricardo Lafferriere padre fue excluido de los medios de comunicación de ese grupo porque se atrevió a proponer la incorporación del Derecho a Réplica, y efectivamente, siendo uno de los senadores más brillantes y más jóvenes de la historia argentina, Clarín lo proscribió y lo denostó.

Mucha gente aún cree que en materia mediática a uno lo puede proscribir o denostar el Estado, y no es así. También lo pueden hacer grupos privados monopólicos y concentrados. Precisamente por eso, para que no haya más lo que se llama “asesinato de reputaciones”, es que en la mayor parte de los países más democráticos del mundo, tienen legislación antimonopólica en materia de medios.

En Estados Unidos, salvo con una excepción, en ningún estado se puede ser dueño ni siquiera de un diario y de un canal de televisión, no ya tener infinidad de licencias.

Pareciera que muchos en el Radicalismo olvidaron lo que sufrió el gobierno de Raúl Alfonsín en la misma materia
Una cosa es qué pasa con la dirigencia radical y otra qué pasa con los radicales. Creo que la inmensa mayoría de los radicales y sobre todo los que se identifican como Raúl-alfonsinistas y participaron de la gesta de la recuperación democrática, esto lo tienen claro.

Por eso el radicalismo de hoy, su dirigencia, no interpreta esa vocación progresista y popular de mucha gente, que tal vez se ha ido a su casa o ha emigrado a votar a otro partido político.

En este ámbito, hoy se analizan lo hechos políticos de acuerdo a quién lo genera. ¿Es comprensible desde la política oponerse a un tema solamente el hecho de quién lo propone?
De ninguna manera. Yo lo en una respuesta anterior que esos son prejuicios de carácter simbólicos que nada tienen que con una mirada constructiva de la política. Son parte de la idea de que la política no es construcción sino destrucción del adversario, y eso te lleva a pararte en la vereda de enfrente siempre de quien construís como enemigo. Lo que pasa es que si vos construís como enemigo, si te das la mano aparecés como un traidor a la causa. Por eso no hay que construir enemigos y mucho menos cuando se trata de personas con las que disentís pero que integran el campo popular.

Eso se asocia a la idea de que la política se hace desde el pensamiento mágico, y la política se hace desde el pensamiento estratégico.

¿No se siente solo con este discurso dentro del Radicalismo de hoy?
A nivel dirigencial no me siento muy acompañado efectivamente, pero solo no me siento porque me siento acompañado por muchos militantes de la Unión Cívica Radical y por algunos, que sin pertenecer a las filas del partido, están con la cultura radical y con la cultura Raúl-alfonsinista. Hoy probablemente hay más radicales y Raúl-alfonsinistas  afuera del partido que adentro del propio partido.

¿Leyó el libro de Gene Sharp, “De la Dictadura a la Democracia”?
No

Se lo pregunto porque es lo que se ha dado en llamar el manual de operaciones de los golpes blandos de la CIA, y refleja muy bien lo que está una parte de la oposición no solo en Argentina sino también en el resto del mundo.
El problema que estamos en una etapa en donde los Estados Unidos ha vuelto a lo que podríamos denominar el mesianismo, el mismo que tenían en la época de las Cruzadas o el mismo que tenían los europeos cuando venían a “civilizar” las colonias. Ahora con una nueva consigna y precisamente lo paradojal es que esta etapa la sostienen en nombre de la democratización de los pueblos o sociedades que no se alinean dentro de los valores que ellos pretenden representar. Entre los que se incluyen la libertad de comercio y la libertad de empresa. Entonces para ellos una sociedad avanzada no es solamente la que tiene un gobierno formal, sino la que a su vez ejercita la libre empresa y el libre comercio.

El caso de la invasión a Afganistán estaba justificada en una acción preventiva al atentado de Al Qaeda en la Torres Gemelas, ahora este hecho da pié para que se mantenga una ocupación donde hay cien mil soldados norteamericanos persiguiendo a quinientos miembros de Al Qaeda, lo que podría hacer una fuerza policial más o menos adecuada, pero es parte de esta etapa que se está viviendo en el mundo.

¿Cómo ve el futuro de la UCR en las próximas elecciones y el suyo propio?
El futuro del radicalismo depende de cómo resuelva el dilema en el que se encuentra en esta etapa.

Si se pone por encima de la puja de intereses sectoriales, si tiene una mirada estratégica y lo acompaña con un proyecto de Nación, el Radicalismo tiene futuro porque es una fuerza ponderable, con extensión territorial e instalada en la memoria colectiva de los argentinos como una fuerza política trascendente. Además porque hay mucha gente que está esperando un Radicalismo distinto; un Radicalismo progresista. Más vinculado al entretejido de una sociedad que es muy compleja.

Si dejamos de hacer anti-kircherismo y hacemos radicalismo, tenemos futuro.
En lo particular, yo no ando atrás de una candidatura electoral y de cobertura mediática, más bien a esta altura de mi vida, me siento más con la obligación de transmitir experiencia y de seguir aprendiendo, porque en esto se aprende todos los días.

Raúl Alfonsín dijo en los ´90 que no era un tiempo de ganar elecciones sino de hacer política, ¿hoy pasa algo similar?
Es así. También seguramente habrá escuchado decir a Raúl Alfonsín, que si la sociedad se hacía conservadora, había que prepararse para perder elecciones.

 
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